La poca disciplina, la falta de
interés por aprender, la cantidad de acosos hacia los maestros son tres de las
grandes causas que llevan a los profesores de hoy día a cogerse bajas por
depresión y jubilaciones anticipadas. Resulta algo inimaginable si echamos la
vista 20 o 30 años atrás, pero a día de hoy se han convertido en algo cotidiano
en el aula escolar.
Hace ya tiempo que ser profesor dejó
de considerarse como una profesión “idílica”, para pasar a ser una de las
profesiones con más bajas por estrés y depresión.
Burnout, o más conocido como el “síndrome del profesional quemado” es un
padecimiento que a grandes rasgos consiste en la presencia de una respuesta
prolongada de estrés en el organismo ante los factores estresantes emocionales
e interpersonales que se presentan en el trabajo, que incluye fatiga crónica,
ineficacia y negación de lo ocurrido.
Este famoso síndrome ha aparecido
también en la profesión docente conocido como el profesor quemado, tratándose
de la realidad a la que hoy día se enfrentan numerosos educadores en sus aulas,
donde el respeto y la autoridad del profesor pasó a ser algo de “la escuela del
ayer”.
A menudo nos preguntamos cuáles serán
las causas para haber llegado hasta este punto, ¿será fruto de la sociedad
cambiante en la que nos encontramos?, ¿son los alumnos quienes han perdido el
respeto hacia sus profesores?, ¿o quizá sean las familias quienes actúan
enfrentándose a los padres para proteger a sus hijos?
La verdad es que nada está en claro, sino que
se ha producido un desprestigio del valor del docente irreparable, lo cual ha
llevado a un estrés y una desmotivación por enseñar enorme. Y esto no favorece
NADA al Sistema Educativo actual.