A continuación se exponen algunas metáforas extraídas del texto del
libro, de las cuales voy a hacer algún comentario:
“Corresponde al profesor ofrecer un contenido de cierta dificultad en
partes”
Bajo mi punto de vista, lo que esta
metáfora quiere decir es que el profesor no sólo tiene que ser difusor de
contenidos sino que ha de conocer a los alumnos, sus dificultades y destrezas,
y en ese sentido, adaptarlas a sus necesidades. Así pues el profesor no tiene
que darles el contenido como un todo, sino distribuido en partes, planteando
problemas reales a los alumnos y que sean ellos mismos quienes dirijan su
propio proceso de enseñanza-aprendizaje.
“La enseñanza es como esparcir semillas en el viento, el profesor no
puede prever lo que ocurrirá”.
Esta metáfora lo que quiere destacar
es la gran diversidad de la educación, en cuanto a que cada alumno es único e
irrepetible, y en ese sentido no se puede generalizar la enseñanza sino
adaptarla a las necesidades de cada grupo de alumnos. Así como se esparcen semillas,
y unas germinan y otras no, el profesor también difunde sus conocimientos y no
todos los alumnos los adquieren de la misma manera puesto que los ritmos de
aprendizaje son muy distintos en unos y otros.
“Los estudiantes son como una materia prima que tiene que moldearse de
acuerdo a un patrón determinado”.
No estoy nada de acuerdo con esta metáfora puesto que
en la educación no hay un patrón que valga. Como he dicho anteriormente, cada
niño es único e irrepetible y existe una gran variedad de ritmos de aprendizaje
distintos, por lo que resultaría inútil emplear los mismos métodos de
aprendizaje para unos que para otros. Por otro lado, no puedes tratar de
moldear a los alumnos, sino que hay que respetar los intereses, creencias y
necesidades de cada uno.
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