Actualmente, en España se plantea una generación interactiva
donde los niños están constantemente rodeados por “pantallas”. Los niños de hoy
en día pasan demasiadas horas frente a la televisión, el cine, los videojuegos,
Internet y otros entretenimientos, lo cual puede tener efectos secundarios
nocivos para la salud. Sin embargo, todos ellos pueden ser excelentes recursos
para la educación y el entretenimiento de los niños si son adecuadamente
adaptados para mejorar el aprendizaje de los estudiantes.
En numerosas ocasiones se plantea como objeto el estudio de los medios de comunicación
dentro de la escuela y como
instrumento al servicio de un modelo alternativo de comunicación educativa. Se
trata pues, de que los medios de entender los medios de comunicación como
ambiente educativo. Tienen que servir a los niños para aprender. Y a nosotros
como profesores para educarles y dar un buen uso.
La familia
es el mejor ejemplo para desarrollar
hábitos de ocio y estilo familiar. Son ellos el principal eje para elegir
aquellos programas, series o películas que puedan ayudar a sus hijos a ser
críticos respecto a este tema. Tienen que tratar de que aquello que sus hijos
ven a través de los medios de comunicación sea sobre todo educativo. Por eso es conveniente controlar y limitar el tiempo que
su hijo pasa jugando con videojuegos, mirando la televisión o navegando por
Internet.
En cuanto a nosotros como docentes, también hay que enseñar a los alumnos y educarles para
ser críticos ante la televisión, para ver qué diferencien entre películas que tienen
valor o no. Hay que educarles para que sean capaces de aprender a través de los
medios multimedia.
Por tanto, la escuela,
familia, la sociedad y los medios tienen que trabajar conjuntamente. Tiene
que ser una responsabilidad compartida teniendo en cuenta como finalidad
principal: desarrollar la capacidad crítica del espectador.
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