viernes, 1 de febrero de 2013

Artículo “La estafa del enseñar a enseñar” del Diario “El País”

El presente artículo aborda una gran cantidad de ideas y creencias negativas sobre el rol del docente y el pedagogo. Y defiende el Manifiesto Contra el Nuevo Máster de Formación del Profesorado (ECI/3858/2007). Como ya comenté en la anterior de entrada, todas estas creencias sociales no me pillan de improviso. No obstante, lo que realmente me llama la atención es que dicho artículo esté firmado por un grupo de profesores y pedagogos, que arremeten contra sí mismos en vez de “barrer para su propia casa”.
Desde mi punto de vista, no es suficiente con que el docente conozca su materia sino que debe capacitarse, aprendiendo a enseñar. Y a enseñar se aprende enseñando. Parece un juego de palabras, pero es más sencillo de lo que parece.
En la educación existen dos variables esenciales, como son la acción de enseñar y la de aprender que han de combinarse para que se produzca un óptimo desarrollo del proceso educativo. Se produce un proceso cíclico donde:
La función del pedagogo es “enseñar a enseñar” al docente para poder ejercer como docente. Así pues, el profesor debe capacitarse previamente (“Aprender a enseñar”) para transmitir unos conocimientos a sus alumnos (“Enseñar a aprender”). Y estos, a su vez tienen que desarrollar la competencia de “Aprender a aprender”.


1 comentario:

  1. En cuanto a lo que dice Olga, estoy de acuerdo con ella, pues el propio grupo de profesores y pedagogos están arremetiendo contra ellos mismos. En mi opinión, yo creo que para enseñar primero hay que aprender a enseñar, pues los agentes que reciben la educación tienen que aprender. Y, para ello, el profesional que enseña a "enseñar a aprender" es el pedagogo. Por ello, la función del pedagogo es esencial para la profesión de los docentes.

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