Esta entrada supone la Reflexión 3 del libro práctico de la
asignatura. La actividad que se propone es con objeto de analizar y comprobar
en qué grado acepto los 12 pasos planteados por Fink de un modelo de diseño
integrado.
Enfatizando el rol del profesor como aprendiz en el aula. Se
trata pues de un ejercicio para revisar el proceso de elaboración de las
programaciones, en ocasiones, ya olvidado.
Desde mi punto de vista, los pasos que requieren más tiempo y
dedicación son son:
- Identificar los factores contextuales.
- Identificar las metas
- Formular los procesos de evaluación.
Pero sobre todo, el punto 5) Asegurarse de que todos los
componentes están integrados. Bajo mi punto de vista, este último ha de ser el
más importante, en el sentido de que todo lo demás (factores contextuales,
contenidos, objetivos, actividades, evaluación…) han de estar relacionados de
manera que se favorezcan los unos a los otros. Es decir, que estén adecuados y
sobre todo contextualizados (paso 1).
El resto de puntos no es que sean menos importantes, sino que
creo que ya se dan por hecho. La
temática, estrategias y programa es algo que el profesor ya tiene que tener
previsto.
Sinceramente no me ha sorprendido ninguno de los 12 pasos, y
tampoco he echado en falta ningún otro. Creo que todos estos pasos son
necesarios para un óptimo desarrollo del proceso de enseñanza- aprendizaje.
Quizás pueden ser redactados o agrupados de diferente manera, pero en cualquier
programación se hace referencia a estos 12 pasos que Fink plantea.
Estos 12 pasos que configuran el modelo de diseño integrado
de Fink guardan una estrecha relación con las 4 fases del aprendizaje
autorregulado. Muchos pasos son los mismos, solo que redactados y planteados de
distinta forma. Ambos tienen en común el establecimiento de metas, uso de
estrategias, percepción del contexto, etc. Y todo ello teniendo en cuenta el desarrollo integral del alumno.
Las fases del Aprendizaje autorregulado parece que se centra
más en el alumno, mientras que los 12 pasos de Fink plantean la organización
previa que ha de hacer un profesor respecto a las programaciones.
Según esto, “podemos ver cómo nuestro rol como profesor y
aprendiz en el aula exige un proceso de autorregulación de la enseñanza.
Aprendemos a enseñar para enseñar a aprender y eso lleva consigo asumir los
procesos de autorregulación para ejercer de modelo para nuestros alumnos y
llevar a cabo una enseñanza adecuada a nuestro contexto.
Se puede concluir diciendo que “el proceso de diseñar la
enseñanza y la misma acción de enseñar es un proceso de autorregulación puesto
que supone seguir sus fases: programar, ejecutar lo planeado en el aula y
revisar lo realizado para comprobar su grado de adecuación”.
“Aprende a enseñar.
Enseñando aprenderás”
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